jueves, 10 de julio de 2008

Psicopatologia de la vida cotidiana.

"Los perros no mienten sobre el amor". Este es el libro que ojeo mientras espero para entrar en el lavabo. Son las ocho de la manhana, y todos nos preparamos para desayunar. Yo llego el ultimo a la mesa.

- Luis, voy a hacer huevos, quieres? - me dice Glen mientras se dirige a la nevera.
- Claro que si, gracias.

Al rato me trae dos huevos fritos sobre una tostada, alinhados con sal, pimienta y no se que mas. Estan deliciosos.

- Muy buenos, Glen, son huevos de vuestros patos?
- No, son comprados. No comemos huevos de nuestros patos.- me responde mientras vuelve a la cocina a freir unos cuantos mas. Katherine, como de costumbre, esta absorta en el crucigrama del periodico que todas las manhanas se calza mientras desayuna.
- Y por que no comeis vuestros propios huevos? - Lance mi ingenua pregunta al aire. En esas que Katherine levanta la cabeza y me mira.
- Porque se estresan.- me dice.
- Como?
- Si a la madre le quitas los huevos se estresa. Se puede pasar toda la manhana buscando el huevo que le falta. - yo la escuchaba con la boca llena de yema. Luego siguio.
- Un pato pone un numero determinado de huevos, ese numero se llama clutch (desconozco su nombre en espanhol ni se si lo escribo bien en ingles). Cuando un clutch esta incompleto, la mama pato sigue poniendo huevos hasta completarlo, asi que si tu le quitas huevos, ella seguira poniendo, y eso supone mucho estres para un pato.

A mi la teoria de los clutch me dejo con apetito, asi que le di mas carnaza, para ver hasta donde llegaba.

- Y, entonces, para que conho teneis patos, pedazo de tarados? - le dije en un ingles mas educado.
- No queriamos tener patos. Un dia, los cinco patos que tenemos se presentaron por aqui y se quedaron en nuestro jardin. Posiblemente vendrian de alguna granja cercana, no lo se, el caso es que aqui se quedaron, y no les echamos. Les construimos un corralito, pero no quieren estar alli y se pasean por donde quieren.
- Pero bueno, - continue yo - y que haces con los huevos? porque aqui seguis teniendo cinco patos.
- Los agitamos fuerte el mismo dia que los ponen, para que no nazca el patito, y luego los volvemos a poner en su sitio, cuando la mama no nos ve.
Yo ya me estaba imaginando al pobre Glen, levantandose por la manhana y dirigiendose al jardin, esquivando a mama pato, para practicar los abortos clandestinos del dia.
- No queremos que comas huevos estresados, Luis. - bromea inocentemente Glen desde la cocina. Katherine se lo toma a mal.
- Bueno, mejor no hablemos del tema.- dice con el cenho fruncido y volviendo al crucigrama.
Katherine es asi; tan sensible, tan delicada. Hay que desconfiar siempre de la gente que trata a los animales como si fuesen seres humanos. Se, por experiencia, que esa gente no suele tener un trato tan humano con los de su propia especie. Katherine es uno de esos ejemplares que confirman lo que digo.
El otro dia estaba en la cocina. En una estanteria vi un monton de tarritos pequenhos con un tapon cuentagotas. Parecian las clasicas botellitas homeopaticas. Me acerque para ver las etiquetas, tenia curiosidad por ver que enfermedad imaginaria se estaban tratando mis dos anfitriones. Pero me lleve una sorpresa. Las botellitas eran remedios homeopaticos para gatos, y habia mas de diez. Despues vi un cajon lleno de ratones de trapo, para que los animalitos jugueteen, luego la enciclopedia ilustrada del gato, tres capazos de mimbre recubiertos de borrego para que los mininos duerman a pata suelta, etc, etc. Hoy he sabido que el dia que nos dejaron solos en casa fue para ir al osteopata del perro, que le manda unos ejercicios porque ya esta muy mayor.

Pero quiza este hablando demasiado de una mujer que nada les sugiere porque no saben apenas nada de ella. Dejenme, ya puestos, y ya que no la van a tratar nunca directamente, presentarle a Katherine con esta pequenha biografia no autorizada que me saco de la manga:

De pequenha, Katherine, pensaba que era una princesita, y asi se lo hacian sentir sus padres. De adolescente se creyo la chica mas especial de todas, incomprendida por todos los demas, que eran, claro esta, inferiores a ella. Al crecer un poco mas y ver que la lozania se le escurria entre sus libros y sus paseos con su mejor amiga, con la que compartia sus misteriosas risitas y lamentos, se preocupo por no encontrar a su media naranja, pero se consolo al leer en un libro de autoayuda para mujeres que su principe azul llegaria justo cuando ella estuviera preparada y cuando menos se lo esperara. Pasaron los anhos para la princesita, y la vida, tan anarquica ella, la destrono de golpe y le hizo ver que de pricipito nada de nada. Katherine, delicada como una flor de invernadero, se dio cuenta de que su rostro llevaba impresa la huella de cada una de sus primaveras, asi que empezo con los libros que prometian juventud eterna, mientras hacia rituales magicos para atraer al hombre de su vida, porque siempre hay un rincon para la esperanza. Pero llego un dia en el que la pobre no pudo mas. Ese dia conocio a Glen. Buen chico(un buenazo, en realidad), atento, loquito por los huesos hipervitaminados de nuestra protagonista, y dispuesto a tragar con lo que hiciera falta. Katherine, viendo ya las orejas al lobo, se resigno a darle el "si, quiero" vestidita de blanco. A partir de ahi, el enamorado y el objeto de deseo empiezan una vida juntos. Para su primera noche juntos, ella se ha comprado un manual con ilustraciones. Lo guarda en un lugar secreto, sera el unico libro del que no se vanaglorie de haber leido. Necesitara varias noches para superar sus verguenzas y complejos, y muchos libros y antojos para llevar adelante los tres frutos de esas noches.
Como madre primeriza es una calamidad. Ve peligro en los parques, falta de calcio en los alimentos, materiales toxicos en los juguetes, mal ejemplo en el padre. Con el tiempo se da cuenta de que los ninhos tienen la extranha tendencia a sobrevivir a pesar de ella, y con los dos siguientes consigue relajarse un poco mas.
Pasan los anhos, y el nido se queda vacio. Es hora de coger a su sufrido companhero y embarcarle en la cruzada de seguir jovenes hasta los cien. Meditacion vipassana por alli, cursillo de infusiones por alla, acupuntura tibetana para las almorranas por aculla, y, mientras tanto, libritos sobre el mas alla por si todo lo anterior falla.

De algun modo, Katherine sigue siendo la princesita que sonho de ninha. Las canas le han transformado en reina vitalicia, en una especie de Isabel II de Inglaterra con sandalias. Hoy, cuando empujabamos todos para meter en el agua el pequenho barco velero con el que fuimos a navegar, era ella la unica que estaba sentada en su interior. Inmovil, cogida del mastil, impasible a los esfuerzos de todos nosotros, pensando en ella misma, en su eterno trono.

1 comentario:

Edu dijo...

Es curioso como una amante de los animales y del buen rollito en general es capaz de dejar sin descendencia a un animal porque moralmente cree saber qué es lo mejor para los animales. Es la forma egoista de la empatía, algo así como la Educación para la Ciudadanía española. Esta gente es wilberiana en el sentido fulcretti: creen estar en una moral postconvencional en un momento dado para después pasar a la preconvencional cuando les conviene. Háblale de tu estancia en las plazas de toros, a sus ojos serás un asesino digno de todo reproche. Puedes leer en el blog de Drago su último comentario: Antitaurinos, en el que describe un mail que le han enviado donde le ponen a parir y le desean una muerte lenta por defender la tauromaquia. Esta gente tiene una doble moral muy hipócrita: o estás con ellos o estás contra ellos y si es el segundo caso mereces el sufrimiento que ellos no quieren para los animales pero sí para tí. Es decir y, salvando las distancias, colaboremos con los patos pero no con las personas, porque los hombres están preparados para arrastrar barcas y las mujeres no y los patos no pueden tener descendencia porque lo digo yo. Yo, yo, yo, Cogito EGO sum. Además por haber leído esos libritos de autoayuda coelhianos se sienten legitimados para enseñarte el camino correcto lo cual es otro síntoma del egocentrismo elevado a la enésima potencia, basándose en el silogismo yo lo he leído y tú no, con lo que yo tengo razón y tú no. Lo peor de todo es que no se preguntan si lo que han leído es una farsa hecha por farsantes para mentes débiles y maleables. De todas formas ya es demasiado tarde para ella: saber la verdad supondría un trauma que resquebrajaría toda su trayectoria vital y le sumergería en una crisis existencial sin retorno. Es mejor que todo siga igual: esta gente compra libros de autoayuda a dojo, la compra de estos libros está sujeta a impuestos con los que el Estado puede invertir en carreteras, medicina y educación, las editoriales se forran y gracias a ello pueden publicar libros clásicos que nadie compra excepto cuatro tarados como nosotros que no podrían editarlos sin que los OTROS compren libros de autoayuda. Conlusión? Viva Jorge Bucay, Paulo Coelho y todas las Katherine del planeta Tierra.