Me gradue con honores. El ultimo dia en Chilcotin fue el dia de las despedidas y del consagrado e inutil intercambio de emails. A la hora del almuerzo, delante del selecto publico del rancho, me hacen la entrega del Dimploma Chilcotin Holidays. Un acto que se reviste con una capita de solemnidad, con el speech del propietario y los aplausos del respetable, y otra de broma, con los comentarios que lleva impreso el diplomita. Mencion especial en el mio de mi inaudita habilidad en la cocina, especialmente haciendo pan irlandes. Hey guy, you are a cooker by nature, me decia el propietario. En fin, paladares sin remilgos...
Adios a mi vida en Walden Dos. Me toca otras seis horas en la furgoneta hasta Vancouver, con el asesino de silencios; Frank, el conductor. Y haciendo honor a su bautizo, no paro de hablar hasta que apago el motor en Surrey, donde pase la noche. El asesino me hizo el favor de llevarme hasta la misma puerta del motel en el que me iba a hospedar aquella noche antes de ir a Vancouver. Surrey, salvando todas las distancias imaginables, seria como el Hospitalet de Vancouver. En recepcion me encuentro a un hombre igualito a Larry King. Misma edad, mismas gafas, peinado y cara. con un pin de la bandera de EEUU en la solapa.
- Oh! Barcelona. Yo estuve alli en los 70. Yo trabajaba para la U.S. Marshall y mi mision era capturar a dos delincuentes. Tendrias que haber visto la cara del taxista que me llevaba al aeropuerto. Yo con mi arma y dos hombres esposados, intentado decirle que era de una fuerza especial americana, en ingles, y el tio que no se enteraba de nada. Oh, yeah..que recuerdos.
Dia siguiente por la manhana. Le devuelvo la llave a Larry y le pregunto que por donde cae la estacion del tren. Tres manzanas mas arriba, me dice. Yo, europeito acostumbrado a esa idea renacentista de que el hombre es la medida de todas las cosas, me imagino un paseito de cinco o diez minutos. Crasso error. Tres manzanas en America es media hora larga de marcha militar por una calle que no se acaba nunca.
Pero por fin llego al tren, que va por encima de la ciudad. Los trenes aqui son solo de dos vagones, pasan cada dos o tres minutos, y el usuario tipo es asiatico.
Centro de Vancouver. Mi mision consiste en encontrar alojamiento barato. Vagabundeo una hora larga cargado con el mochilon por las calles de Vancouver. Me meto en un restaurante a desayunar y saco mi guia. En Granville Street hay un albergue que puede estar bien. Sin reserva prepia, voy a probar suerte. El albergue esta en una calle centrica y llega de bares, restaurantes y discotecas. El mismo albergue tiene, en la entrada, un amplio bar para los alberguistas. Yo entre sin darme cuenta de lo que alli se cocia. Note que habia mucha gente en el bar, mucho ruido, y una pantalla gigante colgada del techo que proyectaba un partido de futbol. En la recepcion pregunto si hay cama para tres noches. Me dicen que si y les relleno un papelito con mis datos.
- Oh, Spanish.- me dice la chica de recepcion.
- Yes.
- Estaras contento.- me dice con una sonrisa. Yo me la quedo mirando, sin entender bien por que me lo dice. Sera por la paella? me digo, inocente de mi. Pero vi que sus palabras se acompanhaban de un sutil gesto de mano. senhalaba hacia el fondo del bar con un boligrafo. Yo mire para alla. Y vi la pantalla con el dichoso futbol.Y al bajar la vista, un grupo de cinco o seis chicos con la camiseta de la seleccion espanhola.
Ahora todo cobreba sentido. La locura del futbol me habia seguido hasta la otra punta del mundo.
Me dieron la llave de mi habitacion. Subi, deje mi mochila, me duche, me seque, me vesti, me di una vuelta por el albergue, me afeite...Y al bajar al bar de nuevo, seguia el partido.
- Vamos, ahi, ahi! Espanha!- decian mis compatriotas. yo estaba deseoso de hablar por primera vez en casi un mes en mi idioma, asi que me acerque a ellos.
- Eh, esos espanholes!
- Hombreee! Que pasa! - se acercaron todos a darme la mano y se presentaron.
- De donde sois?- pregunto.
- De Madrid.- unamimemente. - Y tu?
- De Barcelona. - instantes de silencio. Se palpa pero se disimula. Tengo que hacer ver que me alegro enormemente por la victoria de Espanha, para evitar equivocos, me digo a mi mismo.
- Venga, tio, que te invitamos a un tequila!- dicen recobrando el cachondeo que llevaban.O sea: Madrid.
Y a apartir de ahi ya tengo copanheros de charanga y pandereta para el resto de mi estancia en la ciudad. Horas de conversaciones de mil temas, litros de cerveza con las clasicas "esta la pago yo", y mirando a las tias como solo un espanhol - e italiano - sabe y puede hacer. En resumen, dando la nota en medio de un albergue llenito hasta los topes de languidos alemanes.
- Eh! mirad, mirad esas tias que van por la calle. Van con la camiseta de Espanha!- dice un madrilenho.
- Si, si. Es verdad, son espanholas. - dice otro.
- Oye, tu crees que nos la chuparian? - nos interroga un tercero.
Despues de un mes entre germanos, estos comentarios hasta se agradecen.
Y la noche cae en la ciudad. Me voy con dos madrilenhos de copas. Tras haber pasado por varios bares, nos metemos en la terraza de otro. Alli pasamos largo rato conversando de varios temas. Jose, de 33, lleva un anho viajando. Empezo en Londres, despues Singapur, luego Australia, donde trabajo ilegalmente cinco meses para costearse la vida trashumante, de alli a Nueva Zelanda, salta a EEUU, se lo recorre de cabo a rabo y sube a Canada. Jose es otro desertor de la oficina. Daniel, de 24, llego a Nueva York hace cosa de tres meses. Se recorre toda la costa este de EEUU y baja al sur, haciendo una U que le conduce de nuevo al norte recorriendo la costa oeste. Echa pestes de EEUU y dice que jamas volvera, que la gente es asquerosa, que en las calles solo hay vagabundos, nada que ver con Canada. Me cuenta que en San Francisco se pego con un motero porque este le oyo hablar en espanhol y le amonesto obligandole a hablar en ingles con un uruguayo y un argentino con los que se encontraba en medio de la calle. Daniel, que recorria America desfaciendo entuertos, no tardo en llegar a las manos, hasta que la policia llego y se llevo a aquel angel del infierno que exclamaba esposado por los agentes: You are not Europea, you are not European! Daniel ha estudiado magisterio, y, en su epoca de universitario, se financiaba las saliditas del fin de semana donando esperma a un banco de semen una vez por semana. Luego hablamos de los nacionalismos (el tema estrella), de cine, de la movida madrilenha de los 80, de las peripecias de sus viajes y un larguisimo etcetera. Saltando de tema en tema, les hablo del Camino de Santiago. Jose quiere hacerlo, y me pide informacion detallada del asunto. Enfrascados en el tema del Camino, se nos acerca una canadiense con la alegria de unas copas de mas en sus pupilas. Se sienta en nuestra mesa por la cara.
- Hello. How are you doing?- nos suelta.
- Fine, thanks, and you?
- Fine. Where are you from?
- Spain.
- Oh, Spain. I'm going to Spain on 15th of July.
- Where exactly?
- I'm going to do the Caminow de Santiagow. Do you know it?
Mis amigos se quedan de piedra. Aun no saben de mi habilidad para que me sucedan estas cosas. Sincronias...
Al dia siguiente me levanto a las nueve y me voy solo a ver Vancouver. Cinco horas de caminata por todas partes a 31 grados de temperatura y un cielo sin nubes. La ciudad me gusta. Es America pero con cierto aire europeo. La poblacion es muy variopinta. Razas de todo tipo, principalmente asiatica, y todo el mundo, hasta el nutrido grupo de vagabundos y buscavidas que revolotean por alli y por alla, parecen muy pacificos. La bahia y las playas que rodean el centro de Vancouver son muy bonitas y, al final de las playa, te encuentras el Stanley Park. Un parque de secuoyas centenarias por el que me pasee con la mirada atonita. Por fin veo un bosque - porque aquello no es un parque tal como lo entendemos, es una autentico bosque - de secuoyas. Arboles que necesitarian diez hombres cogidos de la mano para abrazar sus troncos por completo. De alli cojo un ferri que cruza la bahia para ir al otro lado de Vancouver, donde me paso por el museo de la ciencia, el mercado del puerto, que es una maravilla, y por una zona residencial de casitas de madera y jardines muy cuidados donde la gente toma el sol en el cesped o pasean en bicicleta.
En fin, escribo estas lineas cuando no llevo aqui ni dos dias, y ya me ha pasado de todo. Como la alegria que me lleve al encontrar una libreria en el centro de la ciudad de tres plantas llena de libros de todas clases. Aqui los libros - al igual que la ropa, la comida y la tecnologia - estan tirados de precio. Me compre "The Kreutzer sonata" novela de Tolstoi por 5 dolares. Y, oh, maravillas de la inmersion linguistica, la leo en ingles sin problemas, y llevo mas de la mitad. Que mi ingles ha mejorado es un hecho constatado.
Nada mas. Solo decir que manahana me voy a Vancouver Island. A la capital, Victoria. Y que en esa isla ire subiendo hacia el norte hasta Tofino, a ver ballenas, y de alli a Hornby Island, islita pequenha y remota del norte. Unas cuantas granjitas me esperan por alli, a la espera de mi confirmacion. Y asi volvere al ecosistema al que pertenezco.
martes, 1 de julio de 2008
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2 comentarios:
Hola amiguito. Tienes a toda Barcelona en ascuas por conocer dónde encaminarás tus pasos. No sabía que ibas a cambiar de residencia, ya que Chilkotin parecía Shangri-la. ¿Qué pretendes? Muy bonita la fusión españolista en el día de la victoria final, aquí el país, incluyendo Cataluña y Euskalherria, está patas arriba. Bueno sr Labordeta, esperamos nuevas aventuras del país multicolor.
Buenas noches Luis. No sé si sirve realmente para algo comentarte que me encantan tus relatos, pero lo hago. Prácticamente estoy viviendo contigo todas de tus nuevas experiencias pues sólo quiero decir que no nos dejes sin este alimento mental sigue escribiendo, por favor. Muchos besos húngaros desde Sevilla.
Andi
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